Estamos en invierno y esto es Roma
y tú no estás.
Yo voy de un lado a otro
de tu nombre,
lo mismo
que un oso en una jaula;
marco un número;
pongo la radio,
escucho una canción de Patti Smith dar vueltas dentro de Patti Smith
igual que un gato en una lavadora.
Estamos en invierno y yo busco cuchillos;
miro la calle;
pienso en Pasolini;
cojes una naranja con mi mano.
Y esto es Roma.
La nieve convierte la ciudad en una parte del cielo,
ilumina la noche,
deja sobre las casas su ángel multiplicado.
Y tu no estás.
Yo cierro una ventana,
miro el televisor,
leo a Ungaretti, pienso la distancia es azul,
yo soy lo único que hay entre tú y este frío
Estamos en invierno y esta ciudad no es Roma
ni ninguna otra parte.
Miro atrás y puedo verlo:
acabas de apagar una lámpara;
has cerrado los ojos y sueñas con un bosque;
de repente alargas una mano,
Buscas una manzana que está en el otro lado de la mujer dormida…
Mientras,
yo odio este mundo frío como el infierno
y el cansancio que caza lentamente mis ojos;
odio al lobo que has puesto en la palabra noche
y la forma en que llenas la habitación vacía.
Odio lo que veré
desde hoy y para siempre: tus pisadas
en la nieve de Roma, donde nunca has estado.
y tú no estás.
Yo voy de un lado a otro
de tu nombre,
lo mismo
que un oso en una jaula;
marco un número;
pongo la radio,
escucho una canción de Patti Smith dar vueltas dentro de Patti Smith
igual que un gato en una lavadora.
Estamos en invierno y yo busco cuchillos;
miro la calle;
pienso en Pasolini;
cojes una naranja con mi mano.
Y esto es Roma.
La nieve convierte la ciudad en una parte del cielo,
ilumina la noche,
deja sobre las casas su ángel multiplicado.
Y tu no estás.
Yo cierro una ventana,
miro el televisor,
leo a Ungaretti, pienso la distancia es azul,
yo soy lo único que hay entre tú y este frío
Estamos en invierno y esta ciudad no es Roma
ni ninguna otra parte.
Miro atrás y puedo verlo:
acabas de apagar una lámpara;
has cerrado los ojos y sueñas con un bosque;
de repente alargas una mano,
Buscas una manzana que está en el otro lado de la mujer dormida…
Mientras,
yo odio este mundo frío como el infierno
y el cansancio que caza lentamente mis ojos;
odio al lobo que has puesto en la palabra noche
y la forma en que llenas la habitación vacía.
Odio lo que veré
desde hoy y para siempre: tus pisadas
en la nieve de Roma, donde nunca has estado.
1 comentario:
Hola Viry!!! hacia mucho que no pasaba por tu blog y justo este apartado " frío como el infierno" aunque este sea paradójico no se porque me ha recordado a tu frase que en un principio yo creí que era un acertijo = LA NIEVE QUE CUBRE EL MUNDO. Por lo que intuyo que en México estas pasando por un frío invierno. Besos desde España y desde las cálidas playas de Valencia. Smuaks Cuidate
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